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Lo barato sale caro



18/05/2016 |
El cultivo de trigo atraviesa un momento de expansión, motivado por pecio, rotación, la necesidad de extraer agua y bajar las napas que han subido debido a las lluvias, entre otros. Más allá de la situación coyuntural, para poder generar rendimiento y calidad en la próxima campaña debemos conocer los ambientes donde se producirá este cultivo, su tratamiento y beneficios.

En este sentido, al analizar el impacto de la nutrición en los sistemas de producción es posible obtener rendimiento y calidad comercial con un plan acorde, y para esto, es importante conocer los beneficios del nitrógeno, sobre todo en pre-siembra. A modo de ejemplo, en el sur de Santa Fe tenemos respuestas a la nutrición balanceada (nitrógeno, fósforo y azufre) que van desde los 500 a los 2.500 kg/ha, superiores al testigo, y con un manejo adecuado de nutrición, se alcanzaron hasta 3.000 kilos de diferencia en relación al testigo.
El nitrógeno es el nutriente clave y por eso el primer paso es realizar un análisis de suelo, ya que si se aspira a un rendimiento elevado el fraccionamiento de nitrógeno en distintos momentos es importante para que no haya deficiencias.
Para definir las dosis de nitrógeno y alcanzar la calidad deseada se requieren alrededor de 150 kg/ha de N, con ese valor se puede aspirar a alcanzar buenos rendimientos y calidades comerciales que al momento de comercializar nos permitan obtener diferencias en el precio del trigo. Por consiguiente, afirmamos que: “Si se quiere aumentar el rinde y el nivel de proteína en grano hay que aumentar la fertilización con N (nitrógeno).”
Con respecto a la fertilización en general, las gramíneas toman fertilizante de lo que se aplica en pre-siembra y la mineralización de los suelos, por tanto, cuando se realiza un análisis de suelo se puede observar cuánto será lo que requiera el cultivo de trigo para poder alcanzar buen rinde y la calidad tan demandada por la industria.
En principio, podemos decir que el trigo necesita 25 kilos de aplicación a la siembra para arrancar correctamente, y luego se deben agregar otros 25 kilos restantes, en un momento posterior debido a que es baja la interacción del N con el cultivo, además de que se podría producir lavado de N por una eventual lluvia de magnitud no dejando disponible en la zona de las raíces a este elemento. En relación a las fertilizaciones fraccionadas, estas tendrían la ventaja de sincronizarse con las necesidades del cultivo, por lo que podrían ser una alternativa a considerar en casos de diagnóstico dudoso o en suelos con muy baja fertilidad. Teniendo en cuenta este modo de aplicación, algunas opciones serían la de aplicar urea al voleo o fertilizante líquido, teniendo como ventaja comparativa, la logística del fertilizante, el manejo, la dosificación, la facilidad en la operatoria, la menor volatilidad, entre otras. Al optar por una u otra técnica, en GAVIGLIO contamos con soluciones integrales, ayudando al productor y facilitando su trabajo, ya que disponemos de una amplia paleta de productos sólidos o líquidos, embolsados o a granel, mezclas físicas o químicas, de la concentración y composición que el productor requiera, para lograr los mejores resultados agronómicos como así también económicos.
Por último, destacamos que incorporar trigo en el sistema productivo nos reportará muchas ventajas. Las rotaciones intensivas ayudan, entre otras cosas, a combatir las malezas y por supuesto mejorar la cama de siembra. Por su parte, al hacer cultivos de invierno tendremos una mayor cobertura de la superficie del suelo, lo que disminuye las pérdidas de agua por evaporación, controla las pérdidas de agua por escorrentía superficial y controla el ascenso de sales en suelos de campos bajos, entre otros beneficios. También aporta buena materia orgánica al suelo. Además, los suelos con napa tienen riesgo de salinización y los monocultivos generan una mala calidad y barren los rastrojos. El costo de no haber hecho trigo se nota y es muy evidente en la calidad de los suelos, fundamentalmente por deterioros físicos.


Ingeniero Agrónomo Matías Finello
Casa Central, Estación Clucellas





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