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Una maleza que genera problemas en nuestros cultivos



18/01/2016 |
En los últimos años, la presencia del yuyo colorado en lotes pulverizados con glifosato ha llamado la atención de productores y técnicos. La presencia de esta maleza se debe a las variadas formas de diseminación que posee, la alta cantidad de semilla que produce y la facilidad que tiene para adaptarse a los distintos manejos agronómicos.

El "Amaranthus quitensis", su nombre científico, que significa “flor que no se marchita”, es una especie sumamente polimorfa lo que puede llevar a confusiones sobre su identidad. Su origen es sudamericano y se la puede encontrar desde Canadá hasta Argentina. Es una especie anual que emerge y vegeta en primavera y florece y fructifica en verano hasta mediados de otoño. Su ciclo coincide con los barbechos previos a cultivos primavero estivales como la soja, maíz y girasol. Es una planta erguida de 0,3 a 2,0 m de altura, generalmente muy ramificada, con tallos robustos e inicialmente pubescentes. Se adapta fácilmente a los distintos sistemas de labranza (directa o convencional) y sus semillas son capaces de permanecer longevas y dormidas mucho tiempo sin germinar;  por eso es muy proclive a formar bancos de semillas persistentes en el suelo.

En las recomendaciones para su manejo se enumera la rotación con cultivos de invierno (no muy probado por lo anteriormente comentado), el monitoreo constante de la maleza y la utilización de herbicidas residuales. Para el control químico de esta maleza debemos tener en cuenta que existen biotipos que son resistentes a las ALS (muy eficaces sobre los biotipos susceptibles) y los resistentes al glifosato, lo que implica que sean aún más complicados sus controles. Es por ello que para su control con herbicidas residuales se recomienda rotar los diferentes grupos de herbicidas: triazinas (atrazina, metribuzin,); ureas (diurón, linurón); cloroacetamidas (s-metolaclor, acetoclor); dinitroanilinas (pendimetalina, trifluralina); inhibirores de protox- PPO-(flumioxazin,  sulfentrazone) e inhibidores de pigmentos (flurocloridona, isoxaflutole) y entre los herbicidas post-emergentes podemos citar a los grupos: inhibidores de fotosistema I (diquat, paraquat); inhibidores de la síntesis de glutaminasintasa (glufosinato de amonio); herbicidas hormonales (2,4D, 2,4 DB, MCPA, dicamba, picloram, benazolin) e inhibidores de protox-PPO-(saflufenacil, fomesafén, lactofen, acifluorfen, oxifluorfén). Para el control de esta maleza en lotes donde la soja ya emergió se recomienda la aplicación de fomesafen y benazolin. La combinación de ambos principios activos nos permiten un mejor control y demorar aún más tiempo el rebrote de la maleza.

Como conclusión podemos decir que una de las mejores formas de manejar esta maleza es mediante la aplicación de herbicidas de acción residual y que las mezclas de metribuzin + sulfentrazon y flumioxazim + acetoclor (a dosis de marbete) son las mejores combinaciones. Por otra parte, la aplicación de herbicidas sobre el cultivo emergido solo nos servirá para facilitar la cosecha del mismo y para reducir el banco de semillas, para este propósito la mejor combinación es la de fomesafen (1.2 lts) + benazolin (de 600 cc a 800 cc; dependiendo de la altura de la maleza). Por último, debemos tener en cuenta que el mejor control es el que se logra cuando la maleza tiene menos de 15 cm y debemos hacer un seguimiento constante de la misma para evitar problemas en nuestros suelos y cultivos.

Ing. Agr. Gustavo Meroi





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